CANTO XXII DE LA COMEDIA HUMANA
(Eutanasia)
En el ayer también tuve alegría,
Alegría que alargó más mi vida
Con copas de vino en la romería,
Vosotros con vítor y flor de sábila
Disfrutaban amigos y placeres.
Y la mirada era mucho más cálida.
Las tertulias en medio de las cenas,
Y animadas con los dulces cantos
Y el vino que disipaba mis penas.
Misericordia de mi alma cansada,
Piedad, gran Dios para tu sierva amada.
Supremo es mi sacrificio sin nada,
Y gracias a mi corazón de lágrimas,
El perdón del cielo me llegará.
El cáncer dejó mi placer sin rimas.
Ya no está el rosado de mi mejilla,
Ah, todo, todo ha desaparecido.
Sólo Dios sabe el que sufre en la Villa.
Que no es lo mismo viva que más verde,
Que estando viva que con menos suerte,
Ni es lo mismo verde que con más muerte.
Aterrizaste vida sin pedirla,
En el futuro sin fin sólo pides
La muerte digna para despedirla.
Sortilegio de ahora es la eutanasia
Para desviar la barca a su destino
En el mar seductor de la bella Asia.
Voluntad anticipada de vida,
Del Don que ha sido regalado por Dios,
Al desear con urgencia su partida.
Si la misma vida niega su vida,
desequilibra la naturaleza.
¡Abundancia!, de vida bendecida.
Pronto quemarán huesos la eutanasia,
El humano ansía muerte veloz,
Atisbándola hasta en la lejana Asia.
Eutanasia que cierra el sufrimiento,
Que no quisiera que mi amor tuviera,
Que no tuviera oscuro sentimiento.
Eutanasia, abismo que llama abismo,
Con el fragor de cascadas de versos
Libre la poesía de atavismo.
Poesía que pasó la bicoca,
Poesía que habitó con bicoca.
Era poesía en sí o por bicoca.
Eutanasia al corazón que conoce
Los secretos que comprimen la vida,
Que la vida abatida reconoce.
Dolor, inmensamente doloroso,
Duele con insoportable amargura,
Estadio supremamente angustioso,
Ah, obligando a desembarazarse
De la religión y de la bioética,
Que a todas ellas debe renunciarse.
El poeta con verso en el Olimpo,
Inspirado, se inspiró con su musa.
Así cantó a la vida el bardo Simpo:
´´ Ah si la luz viniera de Esculapio,
Con verso paliativo de esperanza,
El cementerio huiría de Serapio´´ ,
´´Pero tu, Señor, no las abandones,
Sus almas doloridas te buscan
Van solas pidiendo que las perdones´´,
´´Has que se enamoren de tu belleza;
Y de tu hija, la vida, majestuosa ,
Que invita engalanada de agudeza´´.
Energía quántica de pobreza,
Que apagar desea un corazón de oro
Y que acepta y recibe sin rareza.
La vida en otra vida como espejo,
La vi que siente como la otra vida
Y vibrante toda hasta en el pulpejo,
Ah la vida es primero en la existencia,
Me veo como un referente de otro
Como un ser holístico de la ciencia.
La vida gira y gira y ríe y llora
Por el universo, y unos empiezan
Y otros terminan y ahora y ahora.
Hay que cuidar de sus secretos
De paradigmas que viajan al viento,
Y que ilusionan con sus pizpiretos,
Y el paradigma queda rezagado,
Cuando ese gran referente terrestre
Habita en pobre mundo esclavizado,
Que el paradigma de vida entristece,
Ah muere, con dolor de sufrimiento.
La paranoia a la muerte apetece.
Cabalgando en la vida va el humano,
Ciñe su espada para atentar contra ella;
De la ciencia, ve impotencia el hermano.
Pero cantor que cabalga y canta
Como un jilguero a su adorada,
Le ríe con su colorida manta,
Es mi musa, bella flor desde el alba:
¿Avanzamos a la par con el siglo?
Dije: –Uno que dos como tu Dora-alba,
Es la bella flor de la primavera
Que perfuma mi bonito jardín
Que sorprendido fui por vez primera,
No así el pobre jardín de la pobreza
Que pregonando triste por el mundo
Va desvalida en la naturaleza,
La eutanasia viene y toda se encrespa,
Llevando el alma a tan oscura niebla,
Allá al Cielo, allá al Infierno y se crespa.
Estadio supremamente angustioso.
Ah, si la luz viniera de Esculapio,
Con verso paliativo y de esperanza,
El cementerio huiría de Serapio.
Teorema en vida cual vida misma,
Que lucha en el puente de vida y muerte,
Y en el medio como cualquier paradigma.
Mi corazón rebosa de palabras
Bellas, ama la vida que la vida ama,
Tu vida, tu amor que en el oro labras.
La vida brilla como el oro y es bella,
Tan sabia como muchos no conocen,
Que cuidar debes como luz de estrella,
Y mientras tanto renovar la vida,
Se quisiera, cuando deteriorada
Está, desesperanzada y herida.
Esa otra se crespa, más encrespada
Ve el Paraíso no brillar bellísimo,
Causa la muerte ciñendo su espada;
Despierta gloria mía con la aurora
No borres del libro la alegre vida
Con daño de ayer y daño de ahora,
Oh, mi gloria siembra un jardín futuro,
Donde los corazones ya sembrados
Florezcan y transciendan el gran muro.
Oh, la vida está insoportablemente
Hermosa, como ese jardín de rosas;
Ah, que la vida embellece mi mente,
Oh, oh, oh, oh, Celia cruz pregonabas:
´´Que la vida era un carnaval de amar´´
Que era inconmensurable le cantabas
Y echabas las penas con tu cantar.
Lugar como el Paraíso Grandioso,
Hay que crear un Nuevo Paraíso
Terrenal que hará del hombre, hermoso
Y que Dios con su ejemplo así lo quiso.